Esta gira empezó el 26 de Enero de 2007 a las 2 PM en Medellín, después de esperar la visa de Venezuela y con la ansiedad de iniciar.
Llegue en la noche a Buga-Valle. Y al día siguiente hasta Ibarra Ecuador.
Por la fecha de salida debería estar en Ushuaia, Patagonia Argentina o El Fin del Mundo según ellos, en treinta días por aquello del clima en el Antártico, pero factible para mi, dado que había recorrido recientemente Ecuador y Perú.
El paso de frontera por ser sábado en la tarde en Ecuador fue fácil, pero inconveniente como lo explicare mas adelante.
Dormida en hotel del centro en Ibarra por una tarifa razonable de us$14 con caminadita corta no mas.
Buscando ruta desconocida me oriento hacia Cuenca a disfrutar sus aguas termales por unas horas en la noche para seguir al día siguiente hacia Macara en frontera con Perú, recorriendo montañas elevadas, paisaje andino legitimo y adquiriendo destrezas en la conducción de la moto en la neblina, trocha con lluvia y páramo. Para descender a la frontera en clima calido tropical húmedo.
En esta frontera tengo problemas para salir porque asumieron que había entrado por el convenio Colombo Ecuatoriano y este no aplica para salir por otra frontera, sino regresar por la misma.
Intentando resolver el asunto tengo que regresar a Macara a las oficinas de aduana, donde después de 5 horas de consultas, idas y venidas al puesto fronterizo, todo se resuelve con una Providencia firmada por el jefe de aduanas, con la oportuna y desinteresada ayuda del abogado de la misma, quien como otros funcionarios decían que el permiso se me debía otorgar no solo por no haber tenido problemas en Ecuador sino por lo interesante de mi aventura.
Mientras todo esto ocurría, yo recurría al memorando que había puesto en mi maletín del tanque con el principio 90-10, que me recordaba la anécdota del padre que complica las cosas por un percance con su hijo y todo el enredo que de ahí se deriva y cuya moraleja, decía que de las cosas que nos ocurren tenemos la capacidad de controlar el 10% y que el otro 90% nos es incontrolable. Que por lo tanto es nuestra actitud la que puede favorecernos en ese 90% de los casos y aquí me funcióno perfectamente.
Llegue en la noche a Buga-Valle. Y al día siguiente hasta Ibarra Ecuador.
Por la fecha de salida debería estar en Ushuaia, Patagonia Argentina o El Fin del Mundo según ellos, en treinta días por aquello del clima en el Antártico, pero factible para mi, dado que había recorrido recientemente Ecuador y Perú.
El paso de frontera por ser sábado en la tarde en Ecuador fue fácil, pero inconveniente como lo explicare mas adelante.
Dormida en hotel del centro en Ibarra por una tarifa razonable de us$14 con caminadita corta no mas.
Buscando ruta desconocida me oriento hacia Cuenca a disfrutar sus aguas termales por unas horas en la noche para seguir al día siguiente hacia Macara en frontera con Perú, recorriendo montañas elevadas, paisaje andino legitimo y adquiriendo destrezas en la conducción de la moto en la neblina, trocha con lluvia y páramo. Para descender a la frontera en clima calido tropical húmedo.
En esta frontera tengo problemas para salir porque asumieron que había entrado por el convenio Colombo Ecuatoriano y este no aplica para salir por otra frontera, sino regresar por la misma.
Intentando resolver el asunto tengo que regresar a Macara a las oficinas de aduana, donde después de 5 horas de consultas, idas y venidas al puesto fronterizo, todo se resuelve con una Providencia firmada por el jefe de aduanas, con la oportuna y desinteresada ayuda del abogado de la misma, quien como otros funcionarios decían que el permiso se me debía otorgar no solo por no haber tenido problemas en Ecuador sino por lo interesante de mi aventura.
Mientras todo esto ocurría, yo recurría al memorando que había puesto en mi maletín del tanque con el principio 90-10, que me recordaba la anécdota del padre que complica las cosas por un percance con su hijo y todo el enredo que de ahí se deriva y cuya moraleja, decía que de las cosas que nos ocurren tenemos la capacidad de controlar el 10% y que el otro 90% nos es incontrolable. Que por lo tanto es nuestra actitud la que puede favorecernos en ese 90% de los casos y aquí me funcióno perfectamente.
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