Pues sí, para nosotros 23, pero para ellos 24 por lo explicado de ayer. Tempranito también en metro y con tarjeta multiviajes comprada desde el aeropuerto, para evitar el susto de Los Ángeles, a Plaza Tian anmen, Ciudad Prohibida (cerrada por ser lunes) y sus jardines aledaños con hermosas construcciones.
De allí y nuevamente en el metro al Temple of Heaven, donde se hizo ceremonia de la antorcha de los juegos olímpicos del 2008, verdaderamente hermoso e impresionante, construido en 1420.
A todo el frente el Mercado de las Perlas, especie de almacén tipo Hueco en Medellín, al que enrutan turistas con ánimo de comerciar y en el cual hicimos 2 o 3 adquisiciones con regateo que llego al 30% de lo que inicialmente nos pidieron y para lo cual no me siento poco tímido, pero que tal que no. Al que de oportunidad le venden carísimo.
Regresamos al hotel sintiendo cansancio de una gran caminada en el día que por el asombro de lo visitado, ni nos dábamos cuenta. Lina y Valen, no querían ni comer del cansancio y sueno, que además por el cambio de hemisferio y horarios, aun pesa sobre nosotros.
Beatriz y yo a comer al frente del hotel, Sopa Mongol , preparada en especie de Fondue de cobre con hornilla intermedia para carbón, bordeada con especie de ponchera para el agua, calentada por el calor del carbón, a la que se le vierte a gusto de cada cual los distintos ingredientes. Nos encanto ese efecto y quisimos ver la forma de conseguirlo para llevarlo. Al no poderlo nos queda posibilidad de copiarlo o buscarlo en internet como Chineasse hot pot.
De allí y nuevamente en el metro al Temple of Heaven, donde se hizo ceremonia de la antorcha de los juegos olímpicos del 2008, verdaderamente hermoso e impresionante, construido en 1420.
A todo el frente el Mercado de las Perlas, especie de almacén tipo Hueco en Medellín, al que enrutan turistas con ánimo de comerciar y en el cual hicimos 2 o 3 adquisiciones con regateo que llego al 30% de lo que inicialmente nos pidieron y para lo cual no me siento poco tímido, pero que tal que no. Al que de oportunidad le venden carísimo.
Regresamos al hotel sintiendo cansancio de una gran caminada en el día que por el asombro de lo visitado, ni nos dábamos cuenta. Lina y Valen, no querían ni comer del cansancio y sueno, que además por el cambio de hemisferio y horarios, aun pesa sobre nosotros.
Beatriz y yo a comer al frente del hotel, Sopa Mongol , preparada en especie de Fondue de cobre con hornilla intermedia para carbón, bordeada con especie de ponchera para el agua, calentada por el calor del carbón, a la que se le vierte a gusto de cada cual los distintos ingredientes. Nos encanto ese efecto y quisimos ver la forma de conseguirlo para llevarlo. Al no poderlo nos queda posibilidad de copiarlo o buscarlo en internet como Chineasse hot pot.
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